Al contratar un seguro de salud, se crea un acuerdo basado en la sinceridad entre el cliente y la aseguradora. Algunas personas ocultan o falsean información sobre su estado médico para obtener mejores precios, pero esto puede traer problemas si se descubre la verdad. Quienes ya tienen alguna enfermedad pueden buscar alternativas diseñadas para su situación específica.
Los desarrolladores de GuiasHealthy.com, blog especializado en bienestar y vida saludable, nos comentan que entender estas cuestiones es fundamental para no enfrentarse a sorpresas desagradables.
¿De qué sirve ocultar una enfermedad en reconocimiento médico?
El reconocimiento médico es un paso común al contratar un seguro de salud, especialmente cuando se buscan coberturas amplias o cuando la persona tiene mayor riesgo de padecer alguna enfermedad. Durante esta revisión, la aseguradora recopila datos sobre tu condición física, antecedentes médicos y cualquier problema de salud previo.
Algunas personas piensan que no mencionar ciertas enfermedades podría ayudarles a conseguir un seguro con mejores beneficios o sin limitaciones. Sin embargo, esta idea suele traer consecuencias negativas.
Ocultar información sobre tu salud es peligroso porque las compañías de seguros disponen de métodos y bases de datos para comprobar si los datos que entregas son reales. Esto puede incluir el acceso a registros médicos o consultas a sistemas de salud, ya sea con tu permiso o amparados por leyes.
Si la aseguradora detecta que no has sido sincero o que has omitido alguna enfermedad, puede aplicar sanciones severas. Entre ellas están cancelar el contrato, rechazar el pago en caso de que necesites usar la cobertura o solicitar la devolución del dinero que has pagado. Esto implica que cuando realmente necesites ayuda médica, el seguro no te apoyará y tendrás que afrontar los costos por tu cuenta.
También es importante entender que la relación entre el asegurado y la compañía debe basarse en la honestidad para proteger tu bienestar. No revelar una condición puede provocar que el seguro no cubra tratamientos relacionados con esa enfermedad, dejando a la persona sin protección adecuada si su salud empeora o surge una urgencia. Por lo tanto, ser transparente es fundamental para contar con la seguridad y respaldo que el seguro debe brindar.
¿Qué pasa si miento al seguro de salud?
Cuando una persona que solicita un seguro oculta información importante o da datos falsos en su solicitud o durante el examen médico, está incurriendo en lo que se denomina legalmente como “declaración incorrecta” u “ocultamiento de datos”. Esta conducta puede traer consigo diversas consecuencias tanto legales como económicas.
Una de las consecuencias más comunes es que la compañía aseguradora pueda cancelar el contrato. En muchos casos, las pólizas contienen cláusulas que permiten anular el seguro si se descubre que el asegurado proporcionó información falsa o incompleta. Esta cancelación puede ser efectiva desde el inicio del contrato, lo que implica que la aseguradora no solo deja de brindar protección, sino que también puede solicitar que se le devuelvan las primas que ya se pagaron.
Otra consecuencia importante aparece cuando el asegurado necesita hacer uso del seguro. Si mintió sobre algún problema de salud y quiere que el seguro cubra gastos relacionados con esa condición, la empresa puede rechazar la solicitud de pago. Esto implica que la persona deberá hacerse cargo de todos los gastos médicos, que en algunos casos pueden ser muy elevados y representar una carga económica significativa.
Mentir en la solicitud puede afectar la posibilidad de obtener otros seguros en el futuro. Las aseguradoras suelen compartir información mediante bases de datos especializadas, por lo que si una empresa registra un comportamiento deshonesto, otras compañías podrían negar nuevas pólizas, limitar las coberturas o cobrar precios mucho más altos por el seguro.
En situaciones más serias, el hecho de falsear información para obtener un seguro puede acarrear problemas legales. La empresa aseguradora tiene la facultad de denunciar este fraude ante las autoridades, lo que podría derivar en sanciones económicas o incluso en procesos judiciales con consecuencias legales graves para el asegurado.
Los expertos de GuiasHealthy recomiendan ser siempre transparente y sincero al momento de contratar un seguro. La confianza entre la persona y la aseguradora es fundamental para asegurar que, en caso de necesidad, el seguro cumpla su función y brinde la protección necesaria sin inconvenientes. Así se evita correr riesgos innecesarios que podrían afectar tanto la salud como la economía personal.
¿Existen seguros que cubran enfermedades preexistentes?

Muchas personas con enfermedades previas se preguntan si pueden obtener un seguro de salud que las incluya. Normalmente, las aseguradoras tradicionales imponen limitaciones, como excluir ciertas enfermedades o aplicar tiempos de espera para cubrirlas.
Sin embargo, existen opciones diseñadas especialmente para quienes tienen condiciones médicas anteriores:
Primero, hay seguros que permiten la contratación a pesar de la enfermedad, aunque no cubren los tratamientos relacionados o requieren esperar un tiempo antes de hacerlo. Estos seguros ofrecen una protección limitada en esos casos.
También hay pólizas específicas para enfermedades preexistentes. Estos seguros están orientados a personas con antecedentes médicos, aunque suelen tener costos más altos y requisitos particulares. A cambio, brindan una cobertura más completa para esas condiciones.
Otra alternativa la representan los sistemas públicos de salud. La sanidad estatal puede hacerse cargo de enfermedades crónicas, y en paralelo, se pueden contratar seguros privados que complementen esa atención. Esta combinación es útil para quienes no consiguen un seguro privado común.
Algunas aseguradoras adoptan un enfoque más personalizado, evaluando cada situación individualmente. De esta forma, adaptan las pólizas para que se ajusten mejor a las necesidades de quienes presentan enfermedades previas.
Se recomienda siempre consultar con un experto antes de firmar un contrato. Esto ayuda a comprender con claridad las condiciones, exclusiones y coberturas posibles en relación con las enfermedades ya existentes. Así se evita sorpresas y se elige la opción que mejor se adapte a cada caso particular.





