¿Qué es un supervisor?
Aunque existen diferentes tipos de supervisores, según el tipo de empresa y su actividad concreta, un supervisor es un elemento clave dentro de cualquier organización, ya que es el encargado de que la calidad del trabajo, el rendimiento, la moral y el desarrollo de buenas actitudes de los empleados sea la idónea. Es importante que un buen supervisor sepa dirigir y gestionar equipos de empleados conociéndoles como profesionales de tal modo que pueda sacar el máximo partido a su trabajo en un ambiente adecuado para ellos, ya que los resultados de la empresa dependen principalmente del trabajo de los mismos.
Funciones de un supervisor
Hay cuatro funciones principales que todo supervisor debe realizar sea cual sea la empresa en la que se encuentra. Por supuesto, estas funciones pueden variar o adaptarse a las necesidades de la misma, al equipo que gestiona o a la propia actividad económica de la organización.
Dirigir. Un buen supervisor debe delegar responsabilidades en cada uno de sus trabajadores y decidir cómo organizarlos para que la producción del trabajo sea óptima. Es por esto que es muy importante que el supervisor conozca a sus trabajadores, sus capacidades y habilidades, así como aquellos rasgos personales que puedan hacerle ver qué tareas son las más adecuadas para cada uno de ellos. Además, todas sus instrucciones deben ser claras, completas y específicas, para que la comunicación entre su figura y la de los empleados sea fluida y eficaz.
Controlar. El supervisor debe ser capaz de analizar y evaluar con rapidez y de forma constante el trabajo que se está realizando para ver si se están cumpliendo los objetivos marcados o el flujo de trabajo avanza en la dirección correcta. Además, debe saber proyectar este sentido de control a los propios trabajadores para que ellos mismos puedan valorar su trabajo asignado y reorganizarlo en caso necesario.
Desarrollar. Además de gestionar a su equipo de trabajo, un supervisor debe apostar por desarrollar las habilidades y capacidades de sus empleados, además de investigar nuevos métodos y formas de trabajar que puedan aumentar la satisfacción laboral y la eficiencia y productividad.
Planificar. Para poder conseguir los objetivos marcados es necesario planificar y establecer unos plazos de tiempo, de modo que se pueda priorizar el trabajo, teniendo en cuenta los recursos y el tiempo del que se dispone. De este modo, el supervisor podrá organizar de la mejor manera el trabajo de las personas de su equipo y analizarlo posteriormente para poder optimizar el proceso en el futuro.
Aptitudes de un supervisor
Las aptitudes de un supervisor están directamente relacionadas con sus capacidades y determinarán su eficiencia. Las dos aptitudes más destacadas de un supervisor son:
Capacidad de liderazgo. Aunque la figura del supervisor está por debajo en la escala jerárquica de una empresa, por ejemplo de los directores generales o de cada departamento, sus capacidades como líder son de vital importancia para el equipo a su cargo. Por eso, el supervisor debe saber cómo dirigir y motivar a su equipo para que el trabajo aporte los resultados necesarios para la consecución de los objetivos, pero también conseguir las condiciones adecuadas para cada empleado.
Habilidades de gestión. Un buen supervisor debe saber cómo organizar los empleados, el tiempo y los recursos de los que dispone para poder conseguir los objetivos marcados dentro de un plazo y en condiciones adecuadas para sus trabajadores, por ejemplo, sin necesidades de hacer horas extra o pidiéndoles tareas y responsabilidades que no les corresponden y que podría llegar a frustrarles. Además, el supervisor debe estar preparado para anticipar problemas o inconvenientes que puedan surgir durante el proceso para poder gestionarlos de la mejor forma posible.
Capacidad de toma de decisiones. Los cargos de responsabilidad requieren la toma de decisiones casi de forma constante. Para hacerlo correctamente, un buen supervisor debe saber valorar los riesgos y posibilidades de cada decisión en un tiempo limitado, además de saber ver oportunidades y cambios que puedan ayudar a aumentar el rendimiento o mejorar las condiciones de su equipo.
Habilidades de comunicación. Aunque esto está directamente relacionado con la capacidad de liderazgo, un buen supervisor debe tener grandes habilidades de comunicación para fomentar un buen ambiente con su equipo y para que sus indicaciones y órdenes sean claras.
Cómo ser un buen supervisor de producción
Además de cumplir con los requisitos de experiencia y formación que se pueden esperar de un supervisor, es importante tener ciertas habilidades o contar con ciertas capacidades que nos llevarán a destacar y ser un mejor profesional, compañero y referente como supervisor:
Presta atención a las interacciones. La interacción con el resto del equipo y otros empleados de la empresa, así como clientes, es fundamental para recoger información importante y tomar decisiones con una perspectiva más completa, lo que hará más fácil y mejor el desempeño del trabajo del supervisor. Debemos comunicar inspirando respeto y confianza, tratando a los demás como nos gustaría ser tratados, y teniendo en cuenta como lo que decimos y nuestro comportamiento puede afectar de forma profesional e incluso personal a las personas con las que trabajamos, por lo que debemos cuidar el mensaje pero también la forma. Una buena comunicación es fundamental para el ambiente y flujo de trabajo adecuados.
Pide feedback. Confiar y pedir ayuda a tus compañeros y subordinados en el trabajo es un gran ejercicio para demostrar humanidad y humildad. Preguntar a los demás en qué aspectos se podría mejorar o qué puntos fuertes tienes como supervisor es muy importante para ver otros puntos de vista que pueden serte útiles para alcanzar la excelencia en tu puesto.
Inspira confianza y respeto, no miedo. La clásica figura del jefe serio e inalcanzable es algo que con el tiempo se ha demostrado que no beneficia a ninguna de las partes de la jerarquía de una empresa. Aunque exista un rol superior como el de un supervisor, éste no debe posicionarse como una figura alejada de su equipo, sino como un compañero más, con ciertas responsabilidades y capacidades que lo posicionan como líder, pero en el que se puede confiar, hablar honestamente y que trata a sus compañeros con respeto. Este aspecto es muy importante para fomentar un buen ambiente de trabajo y para poder solventar con eficacia y rapidez situaciones adversas, tanto por el trabajo como por las relaciones entre los trabajadores.
Compromiso y sintonía. Está demostrado que la productividad y motivación son mayores cuando existe un compromiso por parte de un trabajador, en este caso del supervisor, con los valores y objetivos de la empresa donde se encuentra. Por una parte, el empleado siente que está en un lugar donde puede sacar el máximo potencial a sus habilidades y conocimientos, en un entorno cómodo y favorable donde las metas establecidas son interesantes. Por otra parte, para la empresa es beneficioso contar con una plantilla comprometida y en sintonía con el espíritu de la organización, ya que además de conseguir el trabajo que necesita para cumplir sus objetivos y realizar su actividad económica, contará con personas que fomentarán un buen ambiente laboral y que transmitirán los valores y personalidad de la empresa en su trabajo.
Cómo ser supervisor
Hoy en día podemos encontrar algunos títulos universitarios o grados superiores que pueden ayudarte a enfocarte hacia este rol, el peso de la experiencia profesional es mucho más relevante para el puesto de supervisor. Es necesario haber adquirido habilidades para el trabajo en equipo (y en diferentes tipos de equipo), de comunicación y liderazgo para poder optar a este puesto, más allá de la formación. En algunas empresas se pueden incluir programas de formación, bien con cursos especializados o mediante la tutorización con un supervisor actual, para promocionar a algún trabajador para este puesto.
Cuánto cobra un supervisor
Según Glassdor, el sueldo medio en España a fecha de marzo de 2021 es de 35.000 € al año, basado en un estudio y datos aportados de forma anónima por 67 supervisores en diferentes empresas. Este sueldo puede ir desde los 22.000 € hasta los 53.000 €, dependiendo de la zona geográfica donde se encuentre el puesto y del nivel de responsabilidad, competencias necesarias para el puesto en concreto y tamaño y actividad de la empresa.