Las formas y criterios que rigen la selección de recursos humanos para el campo laboral han venido cambiando sustancialmente. Antes, el énfasis se colocaba en la capacidad técnica del aspirante y otros aspectos quedaban en segundo plano. Hoy en día, la tecnología se ha desarrollado de tal manera que muchos aspectos técnicos son cubiertos por las máquinas inteligentes, ante lo cual, si bien no quiere decir que la capacidad técnica pierda importancia, si eleva el nivel de atención sobre otros aspectos.
Las empresas más competitivas de hoy centran su éxito en equipos de trabajo capaces de innovar y adaptarse aceleradamente a los cambios económicos, sociales, políticos y técnicos, cada vez más vertiginosos. Por ello, los encargados de seleccionar nuevos empleados exploran en ellos aquellas cualidades que van más allá de lo técnico, aquello que, al menos por ahora, la inteligencia artificial no puede imitar. En este campo entran las aptitudes profesionales, así como también las actitudes.
Puedes reunir a un grupo de personas con buenos conocimientos técnicos, pero si no hay capacidades que permitan construir un buen equipo de trabajo, organizar y ejecutar adecuadamente, tener iniciativa, saber adaptarse al cambio o comunicarse asertivamente, la potencialidad técnica no logrará expresarse eficientemente. De ahí que hoy se dé gran relevancia a lo que se denominan habilidades blandas o soft skills, un grupo de cualidades personales, habilidades, competencias, predisposiciones afectivas, es decir, de aptitudes y actitudes, que facilitan o no, desempeñarse eficientemente en una empresa.
Así que bien sea que eres el encargado de seleccionar personal en una empresa o aspiras a ser contratado en una, es importante que conozcas qué son las aptitudes, en qué se diferencian de las actitudes y cuáles son las principales aptitudes profesionales que busca una empresa moderna. Para ayudarte en esa tarea, aquí te doy la información clave sobre este relevante tema del mundo laboral contemporáneo.
¿Qué son las aptitudes profesionales?
Las aptitudes, en general, son cualidades personales que expresan una capacidad concreta para llevar a cabo una tarea o actividad. Se trata de destrezas y competencias para desempeñar adecuadamente una labor o acción. Es así que, las aptitudes profesionales, hacen referencia a aquellas competencias, habilidades y destrezas, que se consideran útiles en el campo profesional.
Por tanto, es lógico pensar que cada campo laboral concreto tenga aptitudes profesionales específicas o, al menos, prioritarias. Ya que no se requiere lo mismo para ser bombero que maestro, o ser vendedor que operador de maquinaria pesada, o cualquier otra profesión. Sin embargo, hay ciertas aptitudes que son más o menos transversales a casi todas las áreas profesionales.
Por ejemplo, en la mayoría de los casos, una empresa querrá contar con personas con una adecuada inteligencia emocional, que garantice fluidez en las relaciones laborales, o con capacidad de resiliencia, que permita adaptarse a los cambios e impactos del competitivo mundo de la economía moderna.
¿Diferencias entre aptitudes y actitudes?
Antes de abordar en detalle cuáles son las aptitudes profesionales más demandadas, es importante dilucidar un problema recurrente, el de confundir aptitudes y actitudes. La similitud ortográfica de ambas palabras y el hecho de que ambas se refieren a cualidades personales, plantea una recurrente fuente de error y confusión. Es recurrente leer en la web artículos donde confunden uno y otro término.
Actitud
Empecemos por la actitud. Esta palabra deriva del latín āctitō o āctitāre, lo que significa actuar o hacer algo de forma reiterada. Así que se trata de la predisposición emocional o afectiva que tienes al reaccionar positiva o negativamente ante un determinado hecho o ser social. En otras palabras, determina qué estado de ánimo se dispara en ti y qué postura asumes, cada vez que te enfrentas una situación o fenómeno determinado.
Por ejemplo, si ante una crítica siempre reaccionas agresivamente, determina que tiendes a una actitud agresiva frente a la crítica. ¿Si te enfrentas a la incertidumbre, tiendes a ser pesimista u optimista? ¿Si ves a un compañero de trabajo tratando de resolver un problema laboral, colaboras con él o no? El tipo de sentimiento que aflora en ti en cada uno de estos casos, define una actitud determinada. Así que puedes tener una actitud pesimista u optimista, agresiva o sosegada, formal o informal, entre muchas otras alternativas.
Aptitud
Por su parte, la aptitud no tiene que ver con respuestas emocionales de aceptación o rechazo. El término viene del latín aptitudo y hace referencia a la capacidad, destreza o competencia para hacer algo. Así que tienes aptitud para algo si eres capaz de realizar ese algo con competencia o habilidad aceptable. Mientras mejor te desempeñes en ello, más apto eres.
Si en el equipo de trabajo eres quien siempre termina organizando adecuadamente el trabajo, pues tienes aptitud de organizador. Si a la hora de vender eres capaz de convencer a un esquimal de que compre hielo, sin duda tienes aptitud para persuadir o capacidad persuasiva. ¿Eres capaz de manejar situaciones emocionales complicadas en las relaciones laborales? Tienes entonces la invaluable aptitud de la inteligencia emocional.
Importancia de la actitud y la aptitud en la selección del recurso humano en el campo profesional
Si bien una parte de las aptitudes son una mezcla de características innatas y elementos aportados por la formación inconsciente desarrollada en el proceso de nuestra crianza y de las experiencias vividas, es importante que sepas que las aptitudes también se pueden aprender y cultivar. Por lo que entender qué son, que papel juegan en el ejercicio profesional, y, por tanto, que valor se les da al momento de seleccionar recursos humanos, te ayudará a enfocar tu interés en desarrollar las aptitudes correctas.
Imaginemos un caso en el que la empresa requiere formar un equipo de programadores para un determinado proyecto. Seguro buscará a los mejores programadores, con los mejores conocimientos técnicos, pero, también evaluará su aptitud. Es decir, su capacidad o destreza para programar, que será a su vez la suma de aptitudes primarias como capacidad organizativa, numérica, razonamiento abstracto, creatividad y otras.
Sin embargo, al mismo tiempo requiere que se forme un equipo, por tanto, también evaluará la actitud de los candidatos, en función de su comportamiento social en el trabajo en equipo. Entre dos programadores con igual aptitud, es decir, capacidad para programar competentemente, elegirán aquel cuya actitud o disposición de ánimo, favorezca el funcionamiento del equipo. Igualmente, funciona el ejemplo inverso, es decir, entre dos aspirantes con igual actitud o reacción afectiva hacia el trabajo en equipo, seleccionarán a quien demuestre mejor aptitud o capacidad de realizar la tarea.
Las 12 aptitudes profesionales más valoradas por las empresas
Tal como señale más arriba, cada profesión y cada empresa, establecen el conjunto de aptitudes que son ideales para desempeñarse adecuadamente en ellas o en un cargo específico. Sin embargo, hay aptitudes generales que son útiles, e incluso fundamentales, para un ejercicio profesional exitoso. Adicionalmente, ten en cuenta que las aptitudes conforman un sistema complejo, donde una determinada aptitud está quizás determinada por una serie de aptitudes secundarias, que a su vez se transforman en primarias en otros casos.
Así, por ejemplo, tienes una buena aptitud para la organización, porque tienes aptitud para ubicarte en el espacio y tiempo, buen manejo del tiempo y capacidades racionales. Dicho esto, veamos a continuación 12 de esas aptitudes importantes para casi cualquier profesión.
1. La inteligencia emocional
Esta aptitud implica un conjunto de habilidades que te permiten lidiar tanto con tus propias emociones, como con las emociones de los demás. Quien tiene inteligencia emocional es capaz de desarrollar relaciones laborales sanas y manejar problemas interpersonales complejos, lo cual le facilita construir equipos de trabajo o manejar estructuras organizativas complejas de una forma proactiva y fructífera.
Se trata de una aptitud compleja que conlleva a su vez la empatía, el autocontrol y el manejo de emociones. Sin duda, esto te da ventaja en el manejo de todo tipo de situaciones en el día a día laboral. De hecho, algunos expertos señalan que la inteligencia emocional representa un porcentaje muy importante en el éxito, no solo profesional, sino en la vida en general.
2. La creatividad
Es posible que existan profesiones u oficios donde la creatividad no sea lo esencial, pero hoy en día las profesiones más demandadas y mejor remuneradas dependen en alto grado de una aptitud creativa. Ten en cuenta que la creatividad está en la base de la innovación y, en el dinámico mundo de hoy, sin innovación, una empresa está condenada al estancamiento y la quiebra.
Un profesional creativo destaca por el desarrollo de su imaginación, por poseer una mente abierta y ser innovador, es decir, es capaz de salirse de la caja cuando así se requiere. Lo cual le permite ver distintos ángulos del problema y avanzar hacia nuevas soluciones.
3. La iniciativa
Los procesos productivos modernos son complejos y cambiantes, donde la empresa requiere de poner a disposición de la mejora de los mismos toda la fuerza innovadora posible. Por tanto, los paradigmas modernos de producción incentivan la iniciativa del empleado. Muchas grandes empresas han sustituido la antigua línea de producción, por equipos con cierta autonomía que desarrollan los productos.
En este contexto, poseer iniciativa es fundamental, ya que disminuye la burocracia paralizante y acelera la resolución de problemas o bloqueos en el proceso productivo. El profesional con iniciativa ve un punto donde puede mejorarse el proceso y lo mejora. No lo deja pasar a la espera de que alguien le indique que lo aborde.
4. Capacidad organizativa
Las empresas avanzan hacia formas de organización menos verticales, más flexibles y dinámicas. Por otra parte, el manejo y sistematización de información es algo cada vez más valioso para cualquier profesión y empresa. Por tanto, la aptitud organizativa es muy valorada, es decir, la capacidad de crear estructuras de relaciones funcionales y eficientes, así como la destreza para ordenar, clasificar y sistematizar cualquier tipo de información.
5. El trabajo en equipo
Los complejos procesos productivos no son cosa de una sola persona, ni siquiera de la antigua cadena jerárquica ya vetusta en la visión empresarial moderna. Hoy se prioriza la formación de equipos de trabajo, en muchos casos son equipos interdisciplinarios. De manera que se aspira que cualquier profesional tenga aptitud para el trabajo en equipo, ya que un equipo solo es eficiente si todos sus componentes trabajan armónicamente.
Esta aptitud implica todo un conjunto de habilidades, donde también inciden la capacidad de comunicación y la inteligencia emocional, entre otras.
6. Aptitud racional
La actividad profesional implica el dominio de una serie de técnicas y procedimientos que implican una concepción racional del mundo. Un mundo que podemos intervenir y modificar hasta cierto punto, generando productos que satisfacen necesidades, sean mercancías o servicios. Dada la creciente complejidad de los procesos productivos modernos, los problemas a que se enfrenta un profesional se hacen a veces también muy complejos.
Ante esto, tener una aptitud racional hacia el mundo que nos rodea, nos permite afrontar esa complejidad y definir líneas de acción adecuadas para abordarla. Esta aptitud racional implica una serie de habilidades como pensamiento crítico, capacidad abstracta o científica, capacidad numérica, capacidad verbal, entre otras aptitudes.
7. La capacidad de liderazgo
No nos referimos a un jefe, alguien que ordena y espera que se cumplan sus mandatos. El liderazgo es otra cosa, es la aptitud de aquel profesional capaz de amalgamar a un equipo tras una misión y visión. Es quien entusiasma e inspira, y al mismo tiempo planifica acertadamente y señala vías adecuadas para avanzar.
El liderazgo implica la confluencia de múltiples habilidades, que incluyen empatía, capacidad de comunicación, capacidad de trabajar en equipo y creatividad, entre otras.
8. Capacidad persuasiva
El profesional no solo debe ser capaz de crear ideas innovadoras, proyectos viables o proponer mejoras sustanciales, sino que debe también ser capaz de convencer al resto del equipo, a la gerencia de la empresa o al ente financiador, que lo que plantea es valioso, positivo y viable. Por tanto, tener la aptitud para persuadir o convencer es vital.
Esto, por supuesto, implica una serie de habilidades como la comunicacional, así como también actitudes como la seguridad en sí mismo y el optimismo.
9. Las habilidades de comunicación
Lo que nos diferencia del resto del mundo animal es nuestra excepcional capacidad para comunicarnos y sin duda, esta aptitud debe ser del más alto nivel en el mundo profesional. Una empresa es una estructura social, así que depende de la comunicación efectiva entre sus componentes.
De poco vale ser creativo y pensar que se tiene la solución a un problema, si no somos capaces de transmitir adecuadamente nuestra idea. De que tan aptos seamos en esto dependen otra serie de aptitudes como el liderazgo, la capacidad persuasiva y el trabajo en equipo. A su vez, esto implica habilidad verbal y escrita, e incluso, inteligencia emocional.
10. Capacidad ejecutiva
Al final de todo, una idea, por muy buena que sea, no es nada si no se ejecuta, así que la capacidad ejecutiva es fundamental. Se trata del profesional capaz de tomar una propuesta, planificar adecuadamente su puesta en práctica y orientar todos los grupos de trabajo y recursos para lograr su ejecución efectiva.
Quien tiene capacidad ejecutiva aúna en su auxilio aptitudes como la organizativa, la creativa, la habilidad comunicativa y la capacidad persuasiva, entre otras.
11. La resiliencia
Se ha vuelto un lugar común decir que vivimos en un mundo cambiante y, aunque esto siempre ha sido así, lo cierto es que nunca los cambios habían sido tan acelerados como hoy en día. Así que la resiliencia o capacidad de adaptarse al cambio, de sobreponerse a las crisis y usarlas como una oportunidad, es vital para cualquier profesional que aspire a tener éxito en este mundo.
El resiliente no se opone a cambios inevitables, los asimila y busca la vía para aprovechar el impulso de la ola. Esto, por supuesto, se relaciona con otras aptitudes como la creativa, la iniciativa y la capacidad organizativa.
12. Facilidad para los idiomas
Finalmente, una aptitud que ha adquirido una relevancia enorme en el actual mundo interconectado, es la capacidad para dominar más de un idioma. Esto es sobre todo importante para quienes no tenemos como lengua materna el idioma inglés, el cual se ha convertido en la lengua franca para el comercio, las finanzas, la tecnología y la ciencia. De tal forma, que si dominas dos o más idiomas tendrás una ventaja indudable par acceder a mejores puestos de trabajo.