Hipoacusia es un término que hace referencia a la disminución de la capacidad sensorial que posee el oído para percibir los sonidos. Se trata de una afección que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), está presente en todos los países de mundo, tiene causas diversas y, además, afecta a millones de personas, en una previsión estimada de 900 millones para 2050.
La profesional es un tipo de hipoacusia muy concreta, que debe conocerse para poder prevenirla. Saber las condiciones que la desencadenan es la mejor manera de evitarla o, al menos, de lograr frenar su progresión con el tratamiento o las medidas adecuadas.
¿Qué es la hipoacusia profesional?
Cuando el oído interno presenta un daño causado por el ruido o las vibraciones que un trabajador sufre en su entorno laboral se habla de hipoacusia profesional.
Aunque a veces no seamos conscientes de ello, los sonidos demasiado elevados o intensos nos rodean, empezando por el que genera el tráfico de las ciudades y continuando por el que puede haber en un bar o local de ocio. Cuando ese ruido ambiental es inherente al espacio en el que se desarrolla la actividad profesional, puede acabar afectando a la capacidad de audición de los trabajadores, provocando lesiones en el conducto auditivo y haciendo que padezcan hipoacusia profesional.
Es la sobreexposición de manera continuada a niveles de ruido y vibraciones demasiado elevadas lo que puede desencadenar la hipoacusia profesional que, generalmente, se traduce en una pérdida de audición progresiva, aunque también, en determinados entornos laborales, puede darse de forma repentina, por la grave lesión o traumatismo que pueda causar un fuerte sonido en un momento puntual, por ejemplo, el que generaría una explosión.
En resumen, la hipoacusia profesional es el daño presente en el oído medio que se traduce en un determinado grado de sordera, de leve a total, cuya causa está en los peligrosos niveles de ruido soportados durante la jornada laboral.
¿Qué trabajos ocasionan la hipoacusia inducida por ruido en el ámbito ocupacional?
Trabajar en un entorno seguro implica tomar medidas de diversa índole, entre las que también hay que incluir aquellas que protegen los oídos del ruido y de las vibraciones demasiado intensas.
En este sentido, se considera seguro aquel lugar de trabajo en el que los sonidos que genera el entorno laboral no superan los 80 decibelios. Por encima de este nivel, el riesgo de sufrir una lesión en el oído medio por ruido aumenta de manera considerable y progresiva, sobre todo teniendo en cuenta que una jornada laboral completa implica 40 hora semanales, muchas de ella, expuestos, quizá, a sonidos que ponen en riesgo la salud auditiva.
Los trabajos en los que el ruido puede superar con facilidad esos 80 dB se dan en múltiples entornos, pero especialmente en aquellos en los que la música o la maquinaria generan un volumen sonoro muy alto y de manera ininterrumpida.
Cuando en el entorno laboral se está sobreexpuesto a un nivel de ruido superior a los 80 – 90 dB, es necesario proteger adecuadamente los oídos para evitar sufrir hipoacusia profesional
La construcción es uno de los sectores donde es evidente que, determinados puestos de trabajo relacionados con el manejo de maquinaria específica están muy expuestos a sufrir hipoacusia ocupacional si no se toman las necesarias medidas preventivas. Como ejemplo: un martillo hidráulico en funcionamiento genera un ruido de 120 dB.
Lo mismo ocurre en la agricultura, los trabajos forestales y la jardinería, concretamente con los operarios que utilizan máquinas como: segadoras, cosechadoras, tractores, desbrozadoras, podadoras… y también en el sector de la carpintería.
Trabajos relacionados con el mantenimiento aeroportuario y control de aviones en tierra, al despegar y aterrizar, cazadores profesionales, pilotos de fórmula 1 y mecánicos, profesionales de la minería o conductores y repartidores motorizados son también trabajos que necesitan protección auditiva extra por la exposición al ruido que sufren durante horas.
Por supuesto, también hay que incluir todas aquellas profesiones en las que la música y el propio sonido ambiental supera fácilmente los 80 – 90 dB. Músicos, Djs, personal de discotecas, pubs, operarios de equipos de sonido, cámaras (conciertos y grabaciones), trabajadores en ferias y fiestas populares en las que al sonido de la música hay que sumar el ruido de las atracciones y el que generan los asistentes, son algunas en las que la música muy alta es protagonista y la sobreexposición al ruido puede resultar peligrosa.
También algunas de las actividades incluidas en el sector industrial pueden presentar riesgo de desarrollar hipoacusia sin las debidas precauciones. Es el caso de puestos de trabajo en plataformas logísticas, almacenes con carga y descarga u operarios en fábricas y cadenas de montaje que requieren de maquinaria específica que genera importantes niveles de ruido.
Por último, no hay que olvidar otros trabajos de los que, también, el ruido forma parte n determinados momentos, por ejemplo: peluquerías (secadores) ejército y sector militar (aviones, tanques, simulaciones de combate…), bomberos o profesores y cuidadores de guardería.
¿Qué hipoacusia necesita audífonos?
Los audífonos son pequeños dispositivos de fácil inserción que pueden cumplir una doble misión. En primer lugar, se puede hablar de los audífonos de protección pensados precisamente para prevenir y evitar a hipoacusia profesional. Generalmente son audífonos ‘invisibles’ que se insertan en el canal auditivo e incorporan un filtro de sonido para que reducir de manera notable el ruido que le llega a un profesional que trabaja en un entorno ruidoso, pero permitiendo escuchar a nivel conversación (fuente: https://www.audifonos.es/audifonos).
Además de estos audífonos de carácter preventivo, existe una amplia variedad de audífonos apropiados según el tipo de hipoacusia que se sufra y el grado de pérdida de audición.
En este sentido, es esencial la consulta con el médico especialista, con el otorrinolaringólogo, para determinar estas cuestiones: causade la hipoacusia, tipo de lesión que presenta el oído y nivel de sordera. Además, a la hora de elegir el audífono adecuado a cada persona, según su edad, la actividad que desarrolla o sus preferencias personales, el asesoramiento profesional también resulta indispensable.
Aunque la conveniencia o no de utilizar audífono es una cuestión individual, en general se considera que no suelen ser necesarios cuando la hipoacusia es leve, siendo, en cambio, recomendables cuando es moderada, es decir, cuando cuesta o no se perciben los sonidos por debajo de los 70 decibelios, e imprescindibles en caso de hipoacusia severa o total.
¿Cuál es el tratamiento para la hipoacusia?
En realidad, el mejor tratamiento para la hipoacusia profesional es el preventivo que básicamente consiste en utilizar los elementos de protección como tapones audífonos o auriculares tipo orejeras, que minimicen el impacto del nivel de ruido elevado evitando el desarrollo de esta patología auditiva.
Además, ante los primeros síntomas de pérdida de audición es fundamental acudir al especialista y realizar el correspondiente examen médico y sencillas pruebas como una audiometría que determinen el tipo y grado de hipoacusia. Según los resultados, puede ser necesario el uso de audífonos, tanto para evitar que la hipoacusia siga avanzando, como para mejorar de manera notable la audición. En algunos casos el tratamiento también puede consistir en un implante coclear.